Imagínate esto: estás en el súper, frente a una estantería llena de botellas de vino. Etiquetas elegantes, nombres en francés que suenan carísimos, precios que van desde «barato pero sospechoso» hasta «¿Esto lo hizo un dios?». ¿Cómo eliges?
Bueno, las marcas de vino ya han pensado en eso… y han usado unos truquitos que prefieren que nunca descubras. Pero hoy, aquí y ahora, vamos a destapar la verdad. Prepárate, porque después de esto, nunca volverás a ver una botella de vino de la misma manera.
1. El precio de un vino no siempre significa calidad
Mucha gente cree que cuanto más caro, mejor es el vino. Pero aquí va el truco: hay vinos de 10€ que pueden saber igual o mejor que uno de 40. ¿Por qué?
Porque gran parte del precio es puro marketing: diseño de la botella, prestigio de la marca y hasta cuánto están dispuestos a pagar los restaurantes para ponerlo en su carta.
Y es que en muchos de los casos estas pagando por el nombre de la bodega, ya que un enólogo famoso hizo x vino, ni costes de producción ni de distribución, lo cual por otra parte esta bien si quieres probar cosas diferentes y de calidad, pero que sepas que estas pagando mas de lo que deberías.
2. Las "bodegas artesanales"
¿Ese vino con una etiqueta rústica que parece hecho por un pequeño productor en una colina mágica de Italia? Puede que, en realidad, sea propiedad de una megacorporación que produce millones de botellas al año.
Muchas marcas juegan con nuestra percepción de lo «artesanal» para que creamos que estamos comprando algo único, cuando en realidad es solo una estrategia de marketing.
Además, muchas grandes empresas compran bodegas pequeñas solo para mantener la imagen de autenticidad. Así, el vino sigue teniendo un aire de exclusividad, aunque en realidad esté controlado por las mismas compañías que lo producen en masa, el consejo es que antes de comprar un vino mires en la etiqueta quien lo hizo y por qué es tan caro.
3. Marketing con palabras bonitas
Seguro que has visto botellas con palabras como «Reserva Especial» o «Gran Selección». Suenan impresionante, pero la verdad es que muchas de estas etiquetas no están reguladas y pueden significar cualquier cosa.
Aunque algunas denominaciones de origen tienen reglas claras sobre el envejecimiento del vino, otras marcas simplemente usan términos llamativos para hacer que pagues más.
Algunas bodegas incluso añaden etiquetas que evocan prestigio sin necesidad de cumplir con ningún estándar. Un «Selección Premium» puede ser solo un truco de marketing para vender el mismo vino con un precio más alto.
Los vinos tienen una contraetiqueta en el caso de que estén regulados por una Denominación de Origen y esto significa que tienen que cumplir unos parámetros de calidad, lo mejor que puedes hacer es darle la vuelta a tu vino y fijarte en ella, términos como crianza, reserva y gran reserva son fiables al 100%, Reserva especial no.
4. El coste de producción es menor del que piensas
El precio que pagas por una botella de vino muchas veces está inflado. ¿Sabías que producir un vino de 50 euros puede costarle a la bodega menos de 10? El resto se va en distribución, marketing, impuestos y, por supuesto, en la imagen de exclusividad que te quieren vender.
Lo curioso es que algunas marcas producen vinos idénticos con etiquetas distintas y los venden a precios muy diferentes según el mercado al que quieren llegar.
Esto significa que podrías estar pagando 30 € por el mismo vino que alguien en otro país consigue por 10, lo que llega a ser increíble es que muchos vinos son más caros en el lugar de origen que en otros países.
5. Los premios y guías de vino
Seguro has visto botellas llenas de medallas doradas que gritan «ganador de tal y cual premio». Pues bien, algunos de estos concursos son muy poco exigentes e incluso algunas bodegas pagan por participar y asegurarse una medalla. Así que no dejes que unas pegatinas brillantes sean lo único que te convenza de comprar un vino.
Además, algunos concursos otorgan múltiples medallas de oro en diferentes categorías, lo que significa que hay cientos de «vinos premiados» en el mercado.
Una medalla no siempre significa que sea mejor que un vino sin premios, así que en vez de guiarte por esto guíate por el proceso de elaboración, el productor y los consejos que te pueda dar alguien que entienda.
6. La exclusividad del vino
Muchos vinos de alta gama tienen precios estratosféricos no porque su producción sea extremadamente costosa, sino porque las bodegas saben que hay consumidores dispuestos a pagar por la exclusividad.
Algunas marcas limitan la producción para crear escasez y justificar precios elevados, o debido a algún fallo de producción haya una menor recolecta en la vendimia y tengan que recuperar dinero subiendo el precio.
Además, muchas veces el prestigio de un vino se basa en su historia y reputación más que en su calidad objetiva. La percepción de lujo puede hacer que un vino se venda a precios absurdamente altos sin que haya una gran diferencia en su sabor.
