La vid (Vitis vinifera) es la especie vegetal por excelencia para la producción de vino, siendo la base fundamental de la vitivinicultura mundial. Su cultivo se remonta a miles de años, consolidándose como uno de los pilares de la civilización humana en torno a la elaboración de bebidas fermentadas. Esta planta trepadora ha evolucionado para adaptarse a distintos climas, suelos y sistemas de cultivo, desempeñando un papel crucial en la industria vinícola.
El estudio exhaustivo de la vid abarca aspectos botánicos, fisiológicos, agronómicos y ecológicos que influyen directamente en la calidad de la uva y, por ende, en las características organolépticas del vino.
Origen y evolución de la vid
La Vitis vinifera tiene su origen en las regiones del Cáucaso, Asia Menor y el Cercano Oriente, donde se han encontrado vestigios arqueológicos de su cultivo desde hace más de 7.000 años.
A lo largo de los siglos, la expansión de las civilizaciones antiguas como la sumeria, egipcia, griega y romana, propició su dispersión por toda la cuenca mediterránea y gran parte de Europa.
Los primeros cultivos de vid silvestre (Vitis vinifera subsp. sylvestris) evolucionaron hasta dar lugar a las variedades cultivadas (Vitis vinifera subsp. vinifera), gracias a la selección humana y la adaptación a diferentes entornos.

Clasificación botánica de la vid (Vitis Vinifera)
La vid pertenece al género Vitis, dentro de la familia Vitaceae. La especie Vitis vinifera se distingue por ser la única con relevancia económica en la producción de vinos, aunque existen otras especies como Vitis labrusca, Vitis riparia o Vitis rotundifolia, utilizadas principalmente para la elaboración de vinos híbridos o de mesa.
Clasificación científica:
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Vitales
Familia: Vitaceae
Género: Vitis
Especie: Vitis vinifera

Morfología de la vid
Raíces
El sistema radicular de la vid desempeña una función vital en la absorción de agua y nutrientes, así como en la anclaje de la planta al suelo. La raíz pivotante penetra profundamente en el terreno, mientras que las raíces secundarias se extienden en horizontal, favoreciendo la exploración del suelo.
Tronco y Sarmientos
El tronco de la vid se desarrolla a partir de la cepa, con una corteza rugosa y lignificada con el paso de los años. Los sarmientos, brotes anuales que emergen de las yemas, constituyen el soporte principal para las hojas, inflorescencias y frutos.
Hojas
Las hojas de la vid son palmeadas, con cinco lóbulos dentados, de color verde brillante. Cumplen una función fotosintética esencial, además de intervenir en la regulación hídrica a través de la transpiración.
Flores
La floración de la vid es hermafrodita, con flores pequeñas y poco vistosas agrupadas en racimos. La fecundación suele producirse por autopolinización, aunque ciertos factores ambientales pueden favorecer la polinización cruzada.
Fruto
El fruto de la vid es la uva, una baya de piel fina que puede presentar diferentes tonalidades según la variedad (blanca, tinta o rosada). La pulpa contiene azúcares, ácidos, agua y compuestos fenólicos, que determinan las cualidades organolépticas del vino.

Ciclo vegetativo de la vid
El desarrollo anual de la vid se divide en varias fases fenológicas que influyen directamente en la calidad de la cosecha.
Reposo invernal: Periodo de dormancia que coincide con las temperaturas más bajas.
Brotación: Emergencia de las yemas latentes con la llegada de la primavera.
Floración y cuajado: Formación y fecundación de las flores, dando lugar a la aparición de los primeros frutos.
Envero: Cambio de color en las bayas, que marca el inicio de la maduración.
Maduración: Acumulación de azúcares, reducción de la acidez y desarrollo de compuestos aromáticos.
Vendimia: Cosecha de la uva en su punto óptimo de maduración.

Clima y terroir para la vid
La vid es altamente sensible a las condiciones climáticas, siendo los climas mediterráneo, continental y oceánico los más adecuados para su cultivo.
Factores como la temperatura, la insolación, la pluviometría y la altitud influyen directamente en la maduración y la calidad de la uva.
El concepto de terroir engloba la interacción entre el suelo, el clima y la intervención humana, determinando las cualidades únicas de cada vino.
Importancia económica y cultural de la vid
La vid representa uno de los cultivos más relevantes a nivel mundial, siendo la materia prima para la industria vinícola, que genera millones de empleos y moviliza la economía de regiones enteras.
Además, la vid ocupa un lugar destacado en la cultura, la mitología y la gastronomía de numerosos países, siendo símbolo de fertilidad, abundancia y tradición.
