El etiquetado del vino en el Antiguo Egipto constituye uno de los pilares fundacionales de la historia de la identificación vinícola. Mucho antes de que existieran las modernas normativas de etiquetado de bebidas alcohólicas, los antiguos egipcios ya habían establecido un sistema altamente desarrollado de marcación de origen, clasificación de cosechas y gestión enológica, que anticipaba lo que en la actualidad conocemos como denominación de origen controlada, sistema de añadas y certificaciones de calidad vinícola.
Documentación jerogrifica
Las primeras pruebas arqueológicas que documentan el uso sistemático de etiquetas de vino datan de épocas tan antiguas como el periodo dinástico temprano, aunque alcanzaron su máxima sofisticación durante el Imperio Nuevo. Estas inscripciones jeroglíficas en ánforas de vino no eran meramente ornamentales ni simbólicas. Constituían un medio de control administrativo, una forma de comunicación codificada entre productores, funcionarios del Estado, religiosos y consumidores aristocráticos, y un mecanismo para preservar la integridad y procedencia del producto incluso en contextos rituales y funerarios.
¿Qué información tenían las etiquetas?
En estas etiquetas vinícolas jeroglíficas, meticulosamente pintadas o incisas sobre la cerámica o aplicadas en forma de sellos, se registraban con gran detalle elementos como el nombre del productor, la localización exacta del viñedo, el tipo específico de vino (si era dulce, seco, fuerte, ligero, tinto o claro), la fecha de producción indicada por el año de reinado del monarca en funciones, y en muchos casos, el uso previsto para esa partida concreta: si era destinada a las ofrendas en templos, a la mesa del faraón, a celebraciones religiosas o al ajuar funerario de algún dignatario.

El etiquetado del vino como rito
En efecto, el vino en el Antiguo Egipto no era una simple mercancía agrícola. Era una sustancia cargada de poder simbólico, religioso, político y social. De ahí que su etiquetado se convirtiera en una herramienta de legitimación, jerarquización y garantía de calidad. No todos los vinos eran iguales, y el sistema egipcio de rotulación vinícola antigua se encargaba de dejarlo claro.
El caso de Tutankamon
Uno de los descubrimientos más impresionantes en este sentido se produjo con el hallazgo de la tumba de Tutankamón, donde más de una treintena de ánforas de vino fueron encontradas perfectamente selladas y con sus respectivas etiquetas jeroglíficas intactas.
Estas etiquetas describían no solo el lugar exacto de producción (por ejemplo, «viñedo del templo de Amón en el Alto Egipto»), sino también la calidad del contenido, empleando fórmulas como “vino excelente” o “vino muy bueno del año 5 del reinado de Nebjeperura”.

Trazabilidad adelantada a su época
El uso del año de reinado como referencia temporal no solo indicaba la edad del vino, sino que permitía un cierto nivel de trazabilidad enológica que anticipa de manera asombrosa el concepto moderno de clasificación por añada.
Este tipo de información permitía a los administradores reales y a los sacerdotes llevar un control meticuloso de las reservas vinícolas, así como gestionar su consumo, distribución y almacenamiento.
Estas etiquetas vinícolas en el Antiguo Egipto reflejaban un nivel de estandarización documental que resulta particularmente avanzado para su tiempo.
Es posible identificar patrones comunes en los textos jeroglíficos, lo que sugiere que existían fórmulas oficiales, estructuras prefijadas de rotulación y quizás incluso protocolos burocráticos que normaban qué información debía incluirse en una ánfora vinaria.
De hecho, los estudiosos del mundo egipcio consideran estas etiquetas como documentos administrativos, equivalentes a los actuales certificados de origen o fichas técnicas de producto.

Iconografía vinícola en el Antiguo Egipto
A nivel simbólico, el acto de etiquetar el vino no era trivial. Representaba una forma de consagración. Marcar una ánfora con jeroglíficos precisos no solo la dotaba de identidad, sino que también la vinculaba directamente con un sistema de valores religiosos, cósmicos y sociales. En muchas tumbas, los ánforas de vino etiquetadas aparecen cuidadosamente dispuestas junto al difunto, como si el conocimiento de su contenido (el tipo exacto de vino, su procedencia y calidad) fuera tan importante en el Más Allá como lo había sido en vida.
Los jeroglíficos utilizados en estas etiquetas de vino antiguas eran a menudo acompañados por iconografía específica. Aparecen, por ejemplo, racimos de uva estilizados, símbolos solares, estrellas, signos de protección mágica o alusiones a deidades como Osiris o Hathor, ambas asociadas al vino, la fertilidad y la renovación vital. Esta dimensión estética y simbólica refuerza la idea de que el etiquetado del vino egipcio no era meramente utilitario, sino también un arte sacro, una liturgia visual que conectaba el mundo físico con el espiritual.

Evolución del etiquetado
Con el paso de los siglos, este sistema de marcado jeroglífico del vino fue evolucionando. Durante el reinado de Ramsés II, por ejemplo, se observa una diversificación en los tipos de etiquetas vinícolas, algunas de las cuales indican no solo el lugar y año de producción, sino también recomendaciones de consumo, valoraciones subjetivas sobre su calidad o referencias al sumo sacerdote o al intendente responsable del lote.
Incluso hay casos documentados de etiquetas que especifican que el vino debía ser reservado exclusivamente para eventos litúrgicos o festividades específicas del calendario sagrado.
Este nivel de detalle y personalización convierte al sistema egipcio en uno de los precedentes más claros de la clasificación vitivinícola por origen, calidad y uso que siglos después encontraríamos en el Imperio Romano y, en tiempos modernos, en regiones vitivinícolas europeas como Burdeos, Rioja o el Valle del Loira.
Otro aspecto fascinante es que la existencia de estos etiquetados antiguos de vino egipcio permite a los arqueólogos y enólogos reconstruir aspectos clave del comercio, la diplomacia y la religión de la época. A través de estas etiquetas se pueden rastrear rutas de distribución, entender la estructura de propiedad de los viñedos (muchos de ellos eran de carácter estatal o religioso) y estudiar las preferencias gustativas de las élites egipcias.

Influencia Egipcia en otras civilizaciones
Cabe destacar también que el uso de ánforas etiquetadas se extendió a lo largo del tiempo y llegó a influenciar a otras culturas del Mediterráneo. En particular, los fenicios, griegos y romanos adoptaron y adaptaron el modelo egipcio de rotulación de vinos, perfeccionándolo con nuevas técnicas de sellado, marcaje y categorización. No obstante, el mérito de haber inaugurado la trazabilidad vinícola como práctica sistemática pertenece indiscutiblemente a los egipcios.